«El esfuerzo no se simula, y el trabajo de verdad no brilla solo en las fotos.»
En esta ocasión tenemos una serie de imágenes que, más que mostrar el esfuerzo y el sudor del trabajo duro en el campo, parecen más bien sesiones de fotos para una campaña publicitaria.
En la primera imagen, el mismísimo Díaz-Canel con una pose impecable, simulando que sabe lo que es una guataca. ¡Ah, ! El presidente se inclina levemente, posando de una manera casi artística, como si estuviera a punto de lanzar un discurso en lugar de una semilla.
Luego, tenemos al presidente municipal Asamblea del Poder Popular de Amancio, Las Tunas, replicando el mismo «trabajo voluntario», con la elegancia de quien ha decidido que hoy es el día de la cosecha… de likes en las redes sociales. Con la camisa bien planchada, un calzado más apropiado para una reunión de oficina que para el surco, y con el gesto concentrado de quien claramente está más preocupado por su ángulo en la cámara que por las hierbas a sus pies.
Ambos dirigentes, posando para la eternidad, nos ofrecen una versión remasterizada de un guión que lleva **65 años en cartelera**. ¿Cuántos presidentes, ministros y dirigentes han hecho su entrada triunfal en el campo, herramienta en mano, para dejar claro que ellos también «son del pueblo»? Y luego, claro, regresan rápidamente a sus oficinas con aire acondicionado, dejando que los campesinos, esos sí verdaderos héroes, sigan enfrentando el sol y la tierra.
Es un show que ya todos conocemos, y aunque cambien los actores, el libreto es siempre el mismo: una foto bien calculada, una nota en la prensa oficial y el mismo mensaje de siempre, como si posar para la cámara un par de minutos realmente fuera a solucionar la crisis alimentaria, la falta de insumos o los apagones que agobian al pueblo.
Al final, la ropa que llevan puesta, tan alejada del atuendo de trabajo real, refleja una verdad ineludible: «El esfuerzo no se simula, y el trabajo de verdad no brilla solo en las fotos.»
